La lumbalgia es la presencia de dolor en la región lumbar o espalda baja. Se considera un problema de salud pública debido a que representa una de las causas más frecuentes de atención médica afectando a un cuarto de la población a nivel mundial, está considerada como la principal causa de limitación de la actividad en personas menores de 45 años y la patología musculoesquelética más prevalente en mayores de 65 años, de tal manera que genera una elevada tasa de incapacidad. La intensidad o severidad de la patología afecta la funcionalidad o las condiciones de vida del enfermo que lo padece, y en ocasiones, se requiere de un tiempo mayor para obtener la curación.

Existen varias causas que pueden desencadenar el dolor:

• Alteraciones de la biomecánica (secundario a actividades físicas, deportivas, ocupacionales, laborales y recreativas causando un proceso inflamatorio de las diferentes fibras musculares de esa región).
• Procesos degenerativos.
• Alteraciones congénitas.
• Alteraciones de origen tumoral.

La lumbalgia puede clasificarse con base a la duración: aguda menor de 6 semanas, subaguda 6-12 semanas, crónica más de 12 semanas y se puede manifestar de forma persistente, episódica o recurrente, sin embargo, en muchos casos, se encuentran afectadas las articulaciones vertebrales, el disco intervertebral, el conducto raquídeo y otras veces las raíces nerviosas. Derivado de lo anterior, el paciente puede referir además del dolor lumbar, alteraciones de la sensibilidad y la fuerza en glúteos, muslos, piernas y pies referida como “toques, ardor, adormecimiento, hormigueo o descargas eléctricas así como tener dificultad para mantenerse de pie o caminar”, lo cual significa que una o varias raíces nerviosas se encuentran afectadas. Por lo anterior el diagnóstico de lumbalgia se modifica a lumbalgia más radiculopatía también conocido como lumbociática.